Negro Cueva de Café - Microcentro (Suipacha)
- Entre Tostadas
- 22 nov 2016
- 3 Min. de lectura
Me encanta la onda de este lugar, por diooooos! Tiene los elementos justos para desconectarse un rato de pleno microcentro: luz tenue, música chill, buen gusto en la decoración, y por supuesto: excelente café. No sólo la calidad es buena, sino también tienen muuuuchas variedades para elegir y probar cosas distintas. Nos encontramos con María y su pareja, Fer, ambos dueños de Negro Cueva de Café, quienes nos fueron explicando paso a paso cómo comenzó todo. Ambos son amantes del café y baristas, y nos comentaban cómo se tuvieron que adaptar al paladar de los oficinistas de Microcentro, respetando tanto al que quiere un café común y corriente con sus gustos ya predefinidos como al aventurero que viene a arriesgarse a probar algo nuevo. Al mismo tiempo, su misión es ir enseñándoles un poco a sus clientes sobre el café de especialidad, contagiándoles el espíritu y la pasión que ellos ya tienen. Fueron armando de a poco un equipo súper profesional y de confianza entre amigos y familiares, y próximamente estarán abriendo un nuevo local. Parece que la cosa viene bien para estos coffe lovers!

















El espacio es algo chico (últimamente está de moda este formato), pero moderno y agradable. Tiene algunas mesitas, y una barra muy linda y cómoda para disfrutar en primera fila del espectáculo cafetero. Por supuesto está la alternativa de realizar un pedido para llevar y disfrutarlo en la oficina (salen mucho las croissants calentitas a la mañana). La carta es muy peculiar, ofrecen distintos tipos de cafés que en mi vida había escuchado o leído, e incluso está la oportunidad de probar un café realizado con distintos métodos que no son los comunes (chemex, syfon, entre otros). Todo muy novedoso! Y la mejor parte es que tienen mucha buena onda y predisposición para explicarles a sus clientes cómo funciona cada una de estas opciones poco convencionales, con lo cual quienes están interesados en aprender se encontrarán con muuucha info nueva para absorber! De todas formas, para los más clásicos, están las opciones de siempre: capuccino, flat white, latte, cortado, espresso...todo lo que puede ofrecer una cafetería, y más!












Lo primero que nos convidaron fueron dos de los nuevos cafés fríos, parte de la recientemente renovada carta de verano. Elegimos (con un poco de ayuda :)) el Nutella Iced Latte y el Mocha Ice. Toda la preparación de cada uno de los cafés es un show en sí mismo, y me encantó poder disfrutarlo en primer plano desde la barra. Cada uno de nuestros cafés vino en vaso alto de vidrio, con unos hielitos como debe ser. Nos fascinaron por dos razones: la primera, la bebida es súper refrescante, no es para nada pesada como un frapuccino o un licuado pesado con leche, nos pareció un acompañamiento perfecto para alguna delicia de panadería, o para disfrutarlo solito en un caluroso día de verano. La segunda razón es que se le siente perfectamente el sabor al café, que es la especialidad de este lugar. El mocha y el nutella, si bien se sienten, son el toque que completa el estilo y el sabor del café, pero no son los protagonistas. Seguramente muchas personas van a apreciar este detalle, donde no se hace abuso de los ingredientes, y se le deja lugar al café para resaltar y ser la estrella de la tarde.



Con los cafés vinieron dos porciones de budín (uno de zanahoria y avellanas, y otro de banana y nuez). Las porciones son E-NOR-MES, realmente con una pueden comer dos personas, aunque vale absolutamente la pena probar ambas variantes. Ya con el olorcito que se le siente al budín de banana pude entender que habíamos elegido la opción correcta. QUÉ RICO BUDÍN! Me pareció uno de los mejores budines de banana que probé hasta ahora, tanto por su gusto como por la humedad y la textura justa que tiene que tener un budín bien hecho. Delicioso! El de zanahoria estaba muy bueno también, y el azúcar impalpable que lleva en la partecita de arriba queda 10 puntos. Obviamente, ambos son 100% caseros, elaborados in situ.




Seguimos degustando otras variedades (gracias chicos!) y probamos esta vez uno de los pedidos más populares: el capucchino (caliente). Como era de esperarse, vino con un hermoso arte latte hecho con amor para nosotras! Fer nos confesó que le puso un poquito de caramelo, y con lo espumoso y suave que estaba no hizo falta agregarle absolutamente más nada (ni azúcar ni edulcorante). Estaba exquisito y en la temperatura justa. Por último, probamos el chai latte frío: qué genial esta bebida! Suave, dulce, y refrescante, con ese toquesito picante al final de cada sorbo que caracteriza al chai.





Negro Cueva de Café se está volviendo la obsesión de muchos de los oficinistas de la zona de Microcentro, y siguen ampliándose por una simple razón: el specialty coffee vino para quedarse.
Dirección: Suipacha 637